Picante, pero no sólo!. La pimienta despierta los platos y también es un gran compañero para mantenerse saludable y digerir.
La pimienta negra, blanca o verde es el fruto de la pimienta, la Piper nigrum (de la familia de las Piperaceae), una vid cuyo cultivo se remonta a la antigüedad y en la que crecen racimos de 20 a 30 bayas.
Sólo las variedades nigrum, cubeba y longum tienen derecho a la denominación de pimiento. Piper longum produce la especie larga, y Piper cubeba da la «cubeba», redonda y con una cola pequeña, de ahí su apodo «pimiento con cola».
Por cierto, ¡no existe la pimienta gris!. En realidad es una mezcla de granos negros y blancos, o «degradados».
Las propiedades terapéuticas de esta especia se conocen desde hace mucho tiempo. Se utiliza en la medicina china, pero sobre todo en la medicina ayurvédica, de la que es un pilar. Uno de los principales remedios de este último, el trikatu, combina, por ejemplo, pimienta y jengibre.
Antiinflamatorio, antibacteriana y antioxidante
Es la piperina -el alcaloide del que proviene el lado picante de la pimienta- la que le confiere sus propiedades medicinales. «Muchos estudios han demostrado que esta sustancia tiene propiedades antiinflamatorias y antibacterianas», dice Aminata Andrieux, una naturópata especializada en micronutrición.
Conocida para aliviar el dolor dental o la artritis, la piperina también es un buen antioxidante. También estimula la producción de endorfinas, lo que lo convierte en un antidepresivo natural, perfecto para restaurar la moral en caso de un brote temporal de depresión. Y la lista de sus cualidades no termina ahí.
El aliado de la digestión difícil
«La pimienta aumenta la producción de saliva, las secreciones gástricas y la actividad de las enzimas pancreáticas», explica nuestro experto. ¿Los intereses?. Es múltiple: facilita la digestión, limita la hinchazón, combate las náuseas y el estreñimiento ocasional.
Como todas las especias, perfuma los platos y por lo tanto limita el uso de la sal, que promueve la hipertensión arterial. Y también actúa sobre las grasas, que frenan la digestión. Por otro lado, tenga cuidado de no consumir demasiado si es propenso a las hemorroides o a la acidez estomacal, porque puede ser irritante.
Cúrcuma y pimienta: el dúo ganador
Por último, la pimienta tiene la particularidad de favorecer la asimilación de los nutrientes, pero también de las vitaminas, minerales y principios activos contenidos en los alimentos que la acompañan.
Es particularmente interesante consumirlo en combinación con la cúrcuma porque favorece la asimilación de la curcumina, un potente antioxidante que previene el envejecimiento celular y estimula el sistema inmunológico.
Un aditivo importante porque la curcumina, tomada sola, es mal asimilada por el cuerpo.
¿Cómo se consume?
- – Al final del proceso de cocción: machacado en un mortero o molido al minuto, se utiliza al final del proceso de cocción (especialmente a fuego alto) porque el calor hace que pierda su delicado sabor y lo haga amargo.
- – Como una infusión de hierbas: Poner a hervir 25 cl de agua. Apague el fuego antes de agregar 20 granos de pimienta. Tapar y filtrar. Además de sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, este té de hierbas facilita la digestión. Opcional: se puede añadir un toque de miel a la preparación para suavizar su sabor.
- – En escabeche: perfecto para carnes rojas pero también para filetes de pollo. Triturar 1 cucharada de pimientos (rosados, negros y blancos), añadir un diente de ajo machacado y 20 cl de aceite de oliva y marinar el ingrediente en él de 12 a 24 horas en un lugar fresco.