La solución para una pérdida de peso saludable?. Dieta mediterránea y ejercicio físico moderado.
La dieta mediterránea combinada con el ejercicio físico sería la combinación ideal para perder peso con buena salud, según los resultados de un estudio publicado en la revista médica Circulation. Esta solución reduciría el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes debido al sobrepeso.
Investigadores de la Universidad Ben Gurion del Néguev en Israel, la Universidad de Harvard en los Estados Unidos y la Universidad de Leipzig en Alemania usaron la tecnología de imagenología de RM por primera vez para rastrear los varios cambios en los órganos y cómo los reservorios de almacenamiento de grasa evolucionaron durante 18 meses de una dieta mediterránea, o una dieta baja en carbohidratos o baja en grasa, con y sin ejercicio físico moderado.
Para mapear estos depósitos, recolectaron una cantidad de datos de RMN de cuerpo entero durante 18 meses, con 300 puntos de datos. Los 278 participantes fueron asignados al azar a una dieta baja en calorías, baja en grasas o dieta mediterránea + 28 g de nueces por día con o sin ejercicio moderado al menos tres veces por semana.
Pérdida de peso moderada pero mejor salud
Los resultados del estudio mostraron que para reducir los depósitos de grasa en el hígado (-29%), el abdomen (-22%) y el corazón (-11%) sería necesario practicar ejercicio moderado y seguir la dieta mediterránea, a pesar de la pérdida de peso moderada. Esta combinación no reduce la grasa del cuello y de los riñones.
«Hemos aprendido en este ensayo que la pérdida de peso moderada pero persistente puede tener efectos beneficiosos dramáticos sobre los depósitos de grasa relacionados con la diabetes y las enfermedades cardiovasculares», dice el profesor Shai, autor del estudio. “Una dieta mediterránea, alta en grasas insaturadas y baja en carbohidratos, fue una estrategia más efectiva que una dieta baja en calorías y grasas para reducir drásticamente los sitios de almacenamiento de grasas mórbidas”.
La mejora de la calidad nutricional y la actividad física pueden mejorar los marcadores de riesgo cardiometabólico mediante cambios en los depósitos de grasa que no se reflejan únicamente en la pérdida de peso.