Las mujeres hipertensivas tienen un riesgo 30% mayor de desarrollar enfermedad cardiovascular que los hombres, según un nuevo estudio científico estadounidense.
La presión arterial alta es más peligrosa para las mujeres. De hecho, las mujeres hipertensivas son más afectadas por las enfermedades cardiovasculares que los hombres hipertensivos, según un nuevo estudio científico estadounidense publicado en la revista especializada Therapeutic Advances in Cardiovascular Disease.
En los Estados Unidos, la mortalidad cardiovascular ha disminuido en los hombres, pero ha aumentado en un 30% en las mujeres. Después de esta observación médica, los investigadores del Wake Forest Baptist Medical Center (EE.UU.) querían entender y analizar los factores de riesgo de hipertensión en mujeres y hombres.
Analizaron los mecanismos biológicos de 100 hombres y mujeres hipertensivos no tratados. Los investigadores encontraron que las mujeres eran 30% más propensas a desarrollar enfermedad cardiovascular que los hombres.
Siguiendo los resultados de su estudio, el Dr. Carlos Ferrario, profesor de cirugía de la Wake Forest Baptist, hace un llamamiento a «los profesionales de la salud para que consideren el género como un factor en la elección de los medicamentos antihipertensivos y para que consideren un tratamiento más temprano para las mujeres».
La hipertensión afecta a 6 millones de mujeres en España
El Comité Español Interdisciplinario para la Prevención Cardiovascular estima que cerca de 6 millones de mujeres son tratadas por hipertensión, lo que representa el 22% de la población femenina mayor de 18 años.
Nos recuerda que «la hipertensión es insidiosa y sin síntomas. Pero que esta enfermedad silenciosa promoverá el desarrollo de otras enfermedades del cerebro, corazón, riñones o arterias. Por ello, la hipertensión también se conoce como factor de riesgo», lo que indica que la hipertensión acelera la aparición de otras enfermedades cardiovasculares.
Para prevenir la hipertensión, es necesario controlar su peso, comer menos sal, dejar de fumar y, sobre todo, reanudar la actividad física regular (basta con una caminata diaria enérgica de 20 minutos).