Asma Severa en Adultos: calentamiento de los bronquios para reducirla

Asma severa en adultos para reducir convulsiones

El Centre hospitalier régional universitaire (CHRU) de Lille innova ofreciendo a los pacientes con asma grave la posibilidad de tratarlos con termoplastia bronquial.

Entre 200.000 y 400.000 personas sufren de asma grave en Francia. Durante los ataques de asma, sufren de un gran malestar respiratorio debido en parte a una contracción de los músculos que rodean los bronquios.

Los bronquios se cierran parcialmente, su calibre se encoge y el aire ya no puede pasar correctamente. En los asmáticos severos, estos músculos son más grandes, lo que resulta en un mayor endurecimiento de los bronquios.

«Para algunos asmáticos, respirar es una sacrificio constante. En algunos pacientes, los ataques agudos son frecuentes y van acompañados de un riesgo de muerte», explica la Dra. Stéphanie Fry, neumóloga del Hospital Calmette del CHRU de Lille.

¿Qué es la termoplastia bronquial?

El hospital de Lille ha decidido, por tanto, ofrecer a sus pacientes con asma grave un nuevo tratamiento que cura la enfermedad mediante el calor, y que los tratamientos actuales no son capaces de estabilizar.

Llamada termoplastia bronquial, este tratamiento consiste en calentar el interior de los bronquios del paciente con un pequeño electrodo introducido bajo anestesia general. Son necesarias tres sesiones de 40 a 60 minutos cada una, con un intervalo de 3 semanas, para cauterizar la masa muscular que rodea los bronquios y tensarlos.

Un tratamiento innovador que aún no ha sido apoyado

La termoplastia bronquial no cura la enfermedad, pero permite que los asmáticos graves recuperen su calidad de vida: su función respiratoria mejora, las convulsiones se espacian y pueden reducir su tratamiento con corticosteroides… para reducir los efectos secundarios.

«Unos treinta pacientes deberían ser tratados en los próximos tres años», dice el CHRU, que está financiando estos termoplásticos a través de su presupuesto de programa de innovación. La técnica aún no está cubierta por el Seguro de Salud y cuesta entre 12.000 y 15.000 euros por paciente.