Estornudos repetidos, secreción nasal, ojos llorosos: los síntomas de la rinitis alérgica suelen estropear los días de primavera de las personas alérgicas al polen. El consejo del herbolario para estimular tu inmunidad.
Contra las irritaciones: eufrasia y arándano
La Eufrasia se recomienda para estornudos frecuentes, irritación de los ojos y lagrimeo. En homeopatía, la eufrasia se llama Eufrasia. Tome 2 gránulos en 5CH, 3 veces al día.
Para los ojos, el agua floral de arándano, con sus reconocidas propiedades antiinflamatorias, proporcionará un confort adicional.
Elíjalo con cuidado: prefiera el agua floral ecológica y lea la etiqueta con atención. En la lista de ingredientes, sólo debe aparecer el nombre latino de la planta (Centaurea cyanus) y ningún otro nombre detrás.
Pulverizar sobre los ojos cerrados dos veces al día, por la mañana antes del maquillaje y por la noche después de la limpieza. O remoje una almohadilla de algodón y aplíquela en los párpados cerrados, dos veces al día también.
Para estimular la inmunidad: brotes de grosella negra
Los brotes de grosella negra tienen una acción fundamental y se recomiendan regularmente para las personas que sufren de rinitis alérgica porque bloquean la liberación de histamina (la molécula secretada por las células del cuerpo cuando entra en contacto con el alérgeno) de la misma manera que los corticosteroides, pero sin los efectos secundarios. Al mismo tiempo que reducen la inflamación, estimulan la inmunidad.
Otra ventaja: la grosella negra es rica en manganeso, un oligoelemento que refuerza las mucosas respiratorias y reduce su sensibilidad a los alérgenos.
Para tomar como cura de 5 a 15 gotas al día en forma de macerado de glicerol (en farmacias o tiendas de alimentos naturales).
Para drenar el cuerpo: cardo mariano y romero
No es raro que el fitoterapeuta aconseje el drenaje del hígado y los intestinos en caso de alergia. Esto ayuda a preservar una buena ecología intestinal y a pasar por períodos de polinización más serenos.
Elija curas con cardo lechoso o con romero. El cardo mariano es probablemente uno de los mejores protectores y regeneradores del hígado, pero no se recomienda para personas con cálculos biliares o mujeres embarazadas. El romero también regenera el hígado pero estimula la vesícula biliar.
Para tomar como un té de hierbas o tintura madre (en una farmacia), de una a dos semanas por trimestre.